Tipo de Publicación: Ensayo
Recibido: 11/11/2020
Aceptado: 13/12/2020
Autor: Edgar J.
Gómez R.
Licenciado
en Contaduría Pública
Magister
en Gerencia Educativa
Dr. En
Gerencia
Universidad Centroccidental Lisandro
Alvarado.
Barquisimeto
– Lara – Venezuela
https://orcid.org/0000-0001-6321-9200
E-mail: edgargomezr@gmail.com
EPISTEMOLOGÍA
DEL CONOCIMIENTO CONTABLE. APOLOGÍA AL EJERCICIO PROFESIONAL
Resumen
El presente ensayo plantea ideas reflexivas sobre la
epistemología del conocimiento contable: una apología al ejercicio profesional.
Incluye un recorrido histórico y filosófico de la esencia que ha dejado el
saber filosófico y como este ha influido a la praxis de la contabilidad,
ilustra un poco cómo el avance de la ciencia y la tecnología aportó elementos
sustanciosos para el mejoramiento de la forma en que se han llevado los
registros contables desde tiempos inmemoriales y como repercutieron en la
formalización de los basamentos estructurales para los principios de
contabilidad generalmente aceptados. El argumento epistemológico incluye un
breve itinerario histórico de la contabilidad y la influencia que ejerció el
pensamiento de filósofos como Descarte, Comte, Kuhn y corrientes filosóficas en
la cimentación del cocimiento contable.
Palabras Clave: Epistemología, conocimiento, contabilidad, ejercicio profesional.
EPISTEMOLOGY OF ACCOUNTING KNOWLEDGE. APOLOGY TO PROFESSIONAL EXERCISE
Abstract
This essay proposes reflective ideas about the
epistemology of accounting knowledge: an apology to professional practice. It
includes a historical and philosophical tour of the essence that philosophical
knowledge has left and how it has influenced the practice of accounting, it
illustrates a bit how the advancement of science and technology contributed
substantial elements for the improvement of the way in which Accounting records
have been kept since time immemorial and how they impacted on the formalization
of the structural foundations for generally accepted accounting principles. The
epistemological argument includes a brief historical itinerary of accounting
and the influence that the thought of philosophers such as Descarte,
Comte, Kuhn and philosophical currents had on the foundation of accounting
knowledge.
Keywords: Epistemology, knowledge, accounting, professional practice.
El recorrido histórico que ha
vivido la humanidad generó grandes avances desde las ópticas científica,
tecnológica, social, entre otras, en ese sentido, los descubrimientos
realizados por los individuos han aumentado su capacidad de crítica hacia la
praxis investigativa, originando a su vez un pensamiento científico que lo hace
contrastar y verificar la realidad desde una perspectiva mucho más amplia,
divergente, con una visión reflexiva.
Como consecuencia de lo
mencionado, tal como lo refiere Drucker (1993), las relaciones de
multiplicidad, flexibilidad y variaciones de los procesos mentales del
individuo traen consigo el surgimiento diversas formas de saber, de conocer, y
de las cuales se deriva de la episteme del hombre.
Desde el punto de vista de la ciencia, esta le da al
individuo un conjunto de conocimientos que le ayudan a cristalizar a través de
sistemas de información nexos que le sirven para divagar y conseguir o
aproximarse a la realidad. Es así como desde la filosofía de tiempos
inmemoriales hasta las filosofía contemporánea, siempre ha sido de
gran importancia el proceso de toma de decisiones, en el feudalismo y hasta el
capitalismo fue evolucionando dicha acción, como interés personal en la
elaboración de este ensayo voy a contextualizar con la contabilidad, en ese
recorrido histórico, la ciencia contable ha incorporado varias aristas como son
los impuestos, instrumentación legal a través de códigos y otras
reglamentaciones incluso de ética para el ejercicio de la profesión, pues en
oportunidades se dieron actos donde se incurría en falencias éticas y de falta
de valores.
La ruta histórica que ha marcado
la evolución del conocimiento contable comprende los acontecimientos en los que
el hombre en su interés por las prácticas comerciales tuvo la necesidad de
anotar para su registro y control de las actividades que se originaban en sus
negocios. Fue así como durante el siglo XV el Fray Luca Pacioli escribió el Tractarus Particularis de Computis et Scripturis, que
se traduce como “Tratado de las cuentas y las escrituras”, fue el primer libro
de contabilidad impreso, época del auge del Renacimiento, Pacioli poseía un
pensamiento holístico que lo llevo a crear esta obra, pero también se interesó
en la filosofía, geometría, matemática, aritmética.
Es con el tratado particular de las
cuentas y las escrituras donde se establecieron las primeras pautas del sistema
contable, fue implementado primeramente en Venecia, en este se estableció la
forma en que debían hacerse los registros contables, explicando cómo debían
analizarse las transacciones de acuerdo a las causas que las originaban. Se
establecieron los conceptos de cuentas contables, inventarios, los libros
contables y la partida doble. Es a partir de esta obra que a lo largo de la
historia se fundamenta el estudio de la contabilidad en universidades y otros
centros educativos.
En los siglos subsiguientes (XVI y
XVII), otros estudiosos como Besta y Ludovico Flori mantienen la tesis de Pacioli y le incorporan nuevos
elementos propios de la época, a modo de símil, Galileo a través del uso del
telescopio, donde confirma y asume la teoría copernicana, representando al sol
como eje del universo, hecho que revolucionó la ciencia y el conocimiento, allí
se destaca la medición y la cuantificación por encima del método subjetivista
al igual que se hace en la ciencia contable.
Como ha sido menester del avance del
tiempo, se ha tenido que ir perfeccionando la praxis y disciplina contable,
ampliando e incorporando aportes de corrientes o pensamientos filosóficos, por
ejemplo, la orientación mecanicista de Isaac Newton y del positivista Auguste
Comte, dieron insumos para la promulgación de los primeros principios
contables. Dentro de esta misma tónica, la relatividad de Albert Einstein
también añadió elementos científicos que sirvieron al mejoramiento del
conocimiento contable, la teoría de la relatividad posee cierto símil con el
dinamismo de las actividades comerciales, y como estas se reflejan en los
estados financieros, en la ecuación patrimonial; incorporando aspectos que
llevaron a los estudiosos de la contabilidad a repensar su praxis y a ampliar
el paradigma de la ciencia contable.
El conocimiento contable se ve asociado indudablemente a la
ciencia o al conocimiento científico, puesto que se fundamenta en métodos,
procedimientos, normativas que han sido aplicadas y promulgadas por diversas
corrientes y/o pensamientos filosóficos. Desde el contexto epocal
renacentista en el que Pacioli presentó su primera obra, inspiró a otros a la
formalización del saber y hacer en materia contable, los avances fueron
haciendo que se perfeccionará el comercio, y en ese sentido, el libro versó
sobre el uso de un sistema de cuentas implementado originalmente en Venecia;
contenía información de la forma en que debían registrarse las transacciones,
al igual que elementos para el análisis de las causas que las originaban, el
uso de los libros contables y de la partida doble.
La naturaleza científica del conocimiento contable guarda especial
interés hacia el registro y anotaciones de los hechos contables, cuantificar
los valores traduciendo en unidades monetarias las transacciones comerciales.
Desde esa orientación, la contabilidad tiene gran vinculación con el
pensamiento mercantilista, su recorrido histórico así lo ha demostrado, pues su
práctica se remonta hacia las antiguas civilizaciones: hebrea, fenicia y
Grecia, entre otras. El Renacimiento trajo consigo el auge del comercio,
impulsando la evolución y formalización de la práctica contable, la doctrina
mercantilista y la economía europea sirvieron de base al capitalismo,
desarrollando el comercio y las formas de producción industrial.
Siguiendo el orden precedente, en 1637 René Descartes en su
Discurso del Método, el conocimiento contable toma la influencia cartesiana,
con esta visión esbozó su apreciación de la mente y la materia, rompiendo con
el dualismo concebido en la época, dio gran relevancia al racionalismo, a lo
medible, cuantificable, así como lo hace la contabilidad. En esta misma época
surgen aportes en el ámbito contable, incorporando nuevos elementos al uso de
la partida doble, que cuestionaban el uso de solamente lo medible y
cuantificable. Y desde el punto de vista de la incorporación de nuevos
elementos teóricos surge el balance general, que desde el punto de vista
deductivo analiza el conjunto de las cuentas del mayor.
La filosofía cartesiana incorporaba en sus estudios la duda
metódica, revelando la existencia del yo a partir del pensamiento, decía
Descarte “pensar revela mi existencia”, de allí su Res Cogitans: aquello que revela la
existencia del yo a partir del pensamiento, y la Res Extensa: todo aquello que ocupa una extensión del espacio, esto
permitía ver el mundo como cuerpo y pensamiento. El plano cartesiano sirvió
como base para representar gráficamente las transacciones comerciales en el
libro mayor, es evidente como el uso de estos ejes traspola
la importancia del análisis y representación de la información contable.
En el mismo orden discursivo, considero oportuno destacar
que en el conocimiento contable quedaron impregnados aportes del también
materialismo; este fue concebido como una antigua corriente del pensamiento que
explica cómo funciona el mundo desde la idea de la materia de las cosas, la
dualidad entre la materia y el espíritu. El estudio histórico del materialismo
consideró el análisis de las relaciones materiales como por ejemplo las
desarrolladas en la política, educación, economía, entre otras, desde esa
perspectiva centró su estudio entre el ser y el pensar: materia, conciencia y
pensamiento. Su práctica se afianzó con el desarrollo de los oficios y el
comercio. A partir de allí se descompone la sociedad feudal para emerger un
nuevo modelo de producción centrado en el capital.
Es así como también el pragmatismo conocido como un
movimiento filosófico apoyado en la teoría que las cosas tienen un valor en
función a su utilidad, este enunciado coincide también con la visión de Marx,
quien aborda desde el punto de vista de la producción la teoría del valor
del trabajo, dando el valor de uso centrado en la utilidad, el valor
de cambio está mediado por el dinero, y el valor del tiempo, la
temporalidad que se invierte en los procesos de producción. El pragmatismo
promulgaba que las cosas reducen su verdad hacia lo útil, la verdad del
conocimiento es apoyada en lo que un valor práctico para la vida. El valor de
las cosas a partir de las cosas, a su utilidad. Queda en evidencia que la
contabilidad en su práctica constituye y fundamenta real importancia en lo
práctico, lo concreto y en la formalidad de los hechos comerciales.
Durante el siglo XIX Augusto Comte
como predecesor de Descartes sigue su línea de estudio, y centra en el
Positivismo como objetivo básico la idea de reorganizar la sociedad, su
filosofía se fundamenta en la sociología, y contribuyó en gran medida al
perfeccionamiento social del individuo. El conocimiento contable está muy
apegado a esta filosofía positivista, pues busca la satisfacción de las
necesidades sociales a través de la descripción y registro de las transacciones
económicas lo que se traduce en información contable.
El positivismo como corriente
filosófica promulga que los fenómenos deben estudiarse desde una óptica
objetiva, racional, cuantificable. Postulados que coinciden perfectamente con
la esencia del conocimiento contable, puesto que las transacciones comerciales
deben ser analizadas con objetividad y racionalidad para proceder al registro
de las operaciones cotidianas que se desarrollan en las empresas o entidades.
La contabilidad encuentra en el
positivismo se puede decir que su esencia epistemológica, lo cual se impregna
considerablemente en la praxeología de la profesión. Como basamento filosófico
a la contabilidad el positivismo le da a la objetividad, la medición y
cuantificación gran impacto en el registro de los hechos contables, esto se
puede evidenciar en la aparición de la Ecuación Patrimonial en 1735, en donde
se traduce matemáticamente el conocimiento a la expresión: ACTIVO = PASIVO + CAPITAL.
Por su parte el estructuralismo como corriente filosófica de
a mediados del siglo XX, se caracterizó por imponer un sistema de significación
que aplica procedimientos especiales para la compresión de la realidad,
contiene elementos interconectados e interdependientes que guardan relación
entre sí. Según el filósofo Strauss el estructuralismo trascendió de lo
literario hacia lo filosófico, económico, epistemológico, para dar soluciones a
problemas sociales.
El también filosofo estructuralista y francés Althusser
lleva el estructuralismo al ámbito económico, manifiesta que en la sociedad la
que interactuamos está constituida por una superestructura cultural; y de esta
se desglosan varias estructuras como pueden ser: la educación, el Estado, la
economía, la política, la religión, entre otras.
Entonces, lo estructural obedece a normas y leyes que le son
propias a grupos sociales, desde esta premisa lo estructural preforma al
individuo a través de procesos formativos, valores, sistemas económicos, y es
así donde impacta en el conocimiento contable, añadiendo elementos
indispensables a los sistemas contables, a la clasificación de cuentas, a la
elaboración de estados financieros, la auditoria, entre otros ámbitos de la
contabilidad.
Son indudables los aportes de la
filosofía en las distintas épocas del desarrollo humano a la disciplina
contable, la contabilidad, constituye en la actualidad una ciencia bien
definida y precisa en el campo de la economía y de las ciencias sociales, se
encarga de narrar a través de registros contables para cuantificar las
transacciones mercantiles y en función a ello, analizar e interpretar dichos fenómenos
y poder establecer decisiones de índole económico – financiero. Así lo afirma
Monagas (2005):
Se observa un resurgir de la contabilidad, empleando
el dinero como instrumento de cambio y a la introducción de los números
arábigos en el mundo occidental que, en sustitución de la numeración romana,
proporcionaron mayor flexibilidad a las operaciones aritméticas (p. 49).
Es oportuno destacar que en la Europa de los siglos
XVI al XVIII, se da origen al capitalismo de Estado, donde fue evidente el
aporte del mercantilismo como pensamiento económico al auge y desarrollo de las
industrias, al perfeccionamiento del comercio como actividad económica y a la
práctica contable. Señala Werner Sombart, filósofo e
historiador de la Economía (citado por Monagas ob.cit),
“Apenas podemos concebir al capitalismo sin la contabilidad por partida doble:
están relacionados entre sí como la forma y el contenido” (p. 49).
Desde el punto de vista de la filosofía de la ciencia,
y de las ideas de Kuhn respecto al paradigma, el conocimiento y filosofía
contable se apega perfectamente a ello, desde la perspectiva Kuhniana, la contabilidad se caracteriza por ser una
disciplina científica capaz de apoyarse en los preceptos de una comunidad
científica específica, donde se establecen normas y procedimientos que se
cumplen por sus practicantes o agremiados, lo cual les da legitimidad a esas
acciones.
El
estudio de la contabilidad evoluciona en gran medida a través de los avances
científicos y tecnológicos, esta se va nutriendo de estos aportes incorporando
a su campo de acción elementos transdisciplinarios, tal es el caso de los criptoactivos, a lo largo del tiempo la ciencia contable se
ha ido perfeccionando incesantemente, asumiendo los cambios y acoplando dichas
acciones a la práctica profesional.
Es por
lo tanto una condición sine qua non que el profesional de la contaduría debe
estar a la vanguardia con los avances científicos y tecnológicos, y como ya se
dijo, asumir la innovación que en materia económica financiera surja y
adecuándola a los principios de contabilidad y a las normas internacionales de
información financiera.
La
contabilidad es considerada una ciencia muy dinámica y cambiante, que tiende a
transformar e innovar su aplicación por las mismas variaciones que se dan en la
sociedad, de forma similar la tecnología a través de los sistemas contables
hace que la práctica profesional requiera actualización constante.
Visto
de esa forma, el contador público debe ser un profesional de vanguardia,
apegado a la investigación como principal fuente de actualización de saberes, puesto
que, en caso contrario quedaría desvalido de herramientas de trabajo
innovadoras, y le impactaría en sus actuaciones profesionales y en el mercado
laboral tan competitivo en el que interactúa.
Se
puede afirmar entonces que de cierta manera los avances científicos y
tecnológicos han permitido proyectar a la contabilidad como una disciplina con
gran dinamismo en la construcción del conocimiento profesional.
Concatenando
con las ideas anteriores, la sociedad del conocimiento ha establecido cualquier
profesional sea un investigador crítico y reflexivo, se interese en su
actualización y aporte soluciones al área o disciplina en la que participe. De
acuerdo con Casal y Viloria (2007), “En un mundo donde el conocimiento es
poder, potenciar la investigación es imprescindible para el desarrollo de un
país” (p. 3).
En
los países industrializados consientes del avance tecnológico centran su
interés en la inversión en conocimiento, desarrollando planes de formación en
los distintos niveles educativos para poder apoyar la generación de producción
intelectual con alto nivel de desempeño. Desde la base de las ideas anteriores,
las universidades y la federación de colegios profesionales deben fomentar la
constante revisión de las leyes, códigos y normativas de actuación profesional,
considerando el contexto internacional y por supuesto adaptando a lo particular
de cada nación. Desde esa apreciación se reafirma la frase quien posee
conocimiento tiene y ejerce el poder.
A modo
de síntesis conclusiva, es de vieja data el uso de la contabilidad en la vida
del hombre, las primeras civilizaciones realizaban operaciones aritméticas,
intercambios de bienes, posteriormente esos métodos fueron perfeccionándose con
la implementación de fichas, monedas o cualquier objeto que sirviera como
unidad de medida, y que luego en la era moderna las transacciones comerciales
se fueron adecuando a la teoría contable.
Los
principios contables surgieron con la intencionalidad y fundamentación del
positivismo, estableciendo
aportes para hacer más confiable y estándar la práctica profesional, así como
lo hizo desde sus inicios Pacioli en Venecia, y que posteriormente sus
seguidores incorporaron elementos innovadores a esta teoría a través de reglas
prácticas de tipo didáctico. En ese sentido, nos sirven hoy en día para
afianzar la práctica como contadores en la doctrina contable actual, la cual
está en constante revisión y actualización.
Para las ciencias contables el positivismo representa
un fundamento filosófico y praxeológico, el estudio de la partida doble donde a
través del análisis y registro de los hechos contables se evidencia la medición
y la objetividad de dichas acciones, además que le da valor al equilibrio
patrimonial.
Desde esta perspectiva durante el siglo XVIII se
desarrolló y formalizó el significativo de la ecuación patrimonial;
fundamentándose en un equilibrio matemático que prevalece en los registros
contables, dejando ver esa esencia del positivismo y del materialismo.
De acuerdo con Monagas (ob.cit),
los principios de contables conforman el cuerpo doctrinal de la praxis de la
contabilidad que exponen el cómo se deben registrar las actividades cotidianas
en las empresas y además fungen como guías de acción para la selección de
procedimientos y convencionalismos en el ejercicio profesional del contador
público.
Casal, R y Viloria, N. (2007). La Ciencia Contable, su historia, filosofía, evolución y su producto. Revista Actualidad Contable Vol. 10. Nº 15. Universidad de Los Andes. Mérida – Venezuela.
Código de Ética Profesional del Contador Público Venezolano
(1996).
Drucker, P. (1993). Gerencia
para el futuro. El decenio de los 90 y más allá. Colombia: Norma.
Ley del Ejercicio de la Contaduría Pública. (1973).
Monagas, D. (2005). El
conocimiento contable. Revista Actualidad Contable Año 8. N° 11. Universidad de Los Andes. Mérida – Venezuela.