Tipo de Publicación: Ensayo
Recibido: 20/04/2022
Aceptado: 30/06/2022
Autor: Fanny Yoraima Díaz Montilla
Maestría Educación Superior. Mención Docencia Universitaria (UFT)
Especialización en Derechos del Niño, Niña y Adolescente
Universidad Nacional Experimental del Magisterio "Samuel Robinson"
Docente Liceo Bolivariano “La Piedad”
Comunidad de Aprendizaje (CALEB)
Lara - Venezuela
https://orcid.org/0000-0002-6918-566X
E-mail: fanyori@gmail.com
LA SEMBLANZA DE EDUCAR Y EDUCARSE EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Resumen
El desafío de educar en tiempos de pandemia en una sociedad compleja, es una semblanza que muestra la reflexión desde la praxis e invita a comprender la educación actual, ¡Cuando cada Familia se convirtió en una Escuela!, en medio de una guerra económica, paro educativo y pandemia por el COVID-19. Planteándonos desafíos para enseñar y aprender a distancia, con un apoyo de las tecnológicas 2.0, y con poca interacción social con los estudiantes. Ante lo expuesto, como investigadora consideré oportuno aplicar un estilo de gestión educativa que involucra el abordar el riesgo biopsicosocial de los estudiantes de Media General, por medio de programas de prevención y de protección emanados por el Ministerio del Popular para la Educación, cuya finalidad primordial es el “ser” (discípulo en su contexto), conjunto con las propuestas filosóficas del autor Edgar Morín haciéndonos consciente de complejidad social, y la necesidad de comprender la realidad socioeducativa, recurriendo a reflexiones sobre el entorno, la conformación de redes humanas, para lograr la enseñanza, por medio de acercamiento entre la familia, la escuela y la comunidad. Y a su vez, se aplica las propuestas del biólogo y filósofo Humberto Maturana con las implicaciones significativas en educación humanista basada en la pedagogía del amor y la autopoiesis para abordar las realidades de los discípulos y su familia y así plantear una educación para la vida.
Palabras Claves: Gestión socioeducativa, programa “Cada Familia una Escuela”, desafíos educativos, complejidad de Morín, filosofía de Maturana.
THE PORTRAIT OF EDUCATION AND EDUCATION IN TIMES OF PANDEMIC
Abstract
The challenge of educating in times of pandemic in a complex society is a semblance that shows reflection from praxis and invites us to understand current education, when each Family became a School! in the midst of an economic war, I stop educational and pandemic by COVID-19. Posing challenges to teach and learn at a distance, with the support of 2.0 technologies, and with little social interaction with students. Given the above, as a researcher I considered it appropriate to apply an educational management style that involves addressing the biopsychosocial risk of General Media students, through prevention and protection programs issued by the Popular Ministry for Education, whose primary purpose is the "being" (disciple in its context), together with the philosophical proposals of the author Edgar Morín making us aware of social complexity, and the need to understand the socio-educational reality, resorting to reflections on the environment, the formation of human networks, to achieve education, through rapprochement between the family, the school and the community. And in turn, the proposals of the biologist and philosopher Humberto Maturana are applied with the significant implications in humanistic education based on the pedagogy of love and autopoiesis to address the realities of the disciples and their families and thus propose an education for life.
Keywords: Socio-educational management, every family a school program, educational challenges, complexity of Morín, philosophy of Maturana.
¡Cuando cada Familia se convirtió en Escuela!
El 14 marzo de 2020, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela se pronuncia en cadena nacional, decretando estado de alarma e implementando acciones y mecanismos necesarios para la prevención y combatir la propagación del nuevo Coronavirus (COVID-19). La suspensión de las actividades escolares y académicas en todo el territorio nacional a partir del día lunes 16 de marzo de 2020, a los fines de resguardar la salud de niñas, niños y adolescentes, así como de todo el personal docente, académico y administrativo de las instituciones de educación pública o privada en cualquiera de sus niveles y modalidades. Aspecto que conllevó, a reprogramar las actividades académicas, así como la implementación de la educación a distancia y no presencial, a los fines de dar cumplimiento a los programas educativos.
Del mismo modo, se pronuncia el ministro del Poder Popular para la Educación Prof. Istúriz, orientando a aplicar las políticas educativas e implementar, el plan pedagógico de prevención y protección para los estudiantes denominada “Cada Familia una Escuela”. Señalando, que el propósito era crear conciencia de bioseguridad, sin perder la articulación entre la escuela, familia y comunidad, y a la vez promover campañas de divulgación contra el COVID-19, con la activación de la comunidad educativa, movimientos y organizaciones sociales en los planteles educativos en función de ejecutar el programa pedagógico adaptado a la realidad socio- educativa de cada institución.
Cabe mencionar, que esta nueva realidad educativa representó una incertidumbre para todos los actores del hecho educativo: madres, padres, tíos, abuelos, padrinos y vecinos; de cómo ejecutar una educación a distancia ya estábamos a mitad del segundo lapso del año escolar 2019-2020.
En lo que respecta, a la educación en media general muchos docentes y estudiantes consideraron la opción de la educación virtual o tecnológica apoyada con las TIC´S (computadoras, camainas, teléfonos inteligentes, Internet, wifi, WhatsApp) y otros desde los hogares. En vez de una educación a distancia que involucraba otros recursos de aprendizaje tales como; Colección Bicentenario, experiencias desde el hogar y otras estrategias educativas multimodales. Aspecto que no fue considerado y, por consiguiente, afectó a los estudiantes que no contaban con los recursos tecnológicos o comunicacionales 2.0, reflejo de ello, fue el alto índice de estudiantes aplazados en ese año escolar. Presentándosele a la institución, otro nuevo reto administrativo-socioeducativo que superar: Como fue el de disminuir el alto índice de estudiantes aplazados. Aplicando acciones educativas de batalla contra la repitencia (circular N.º 6696).
Cabe mencionar, que la batalla contra la repitencia se enfocó en la búsqueda de estrategias para que las y los estudiantes lograran nivelar los contenidos donde se les presentó dificultades, por lo tanto estuvo orientada a impulsar la rectificación, la crítica constructiva y la reflexión; para lograr consolidar la confianza de las y los estudiantes y su familia, en la ejecución de las actividades evaluativas por medio de portafolios en las diferentes áreas de aprendizaje.
Por otro lado, se hizo un llamado a la responsabilidad profesional y vocacional de los docentes de aula de la institución, para que se abocaran a asignar actividades con estrategias adecuadas ante esta realidad que no era presencial, y que por la falta de recursos tecnológicos tanto de estudiante como de docente, necesariamente se requería que las entregas pedagógicas fuesen trabajos en físico.
En tal sentido, en reuniones con el personal docente, administrativo y obrero; unos exponían que por “temor a la pandemia”, otros por “falta de recursos” para trasladarse y otros por estar laborando en otros sitios, no asistirían a la institución a cumplir con sus labores educativas. Allí evidencié, que además de la situación de la pandemia por COVID-19, también existía un riesgo mayor que era la ausencia de padres y representantes por migración a otros países, y la mayoría dejó la responsabilidad sobre ese niño, niña o adolescente de palabra y no legal. De hecho, muchos de estos adultos significativos en la vida de los estudiantes, no siempre tienen las condiciones físicas, intelectuales, emocionales o económicas para atender la vida de ese ser y a la vez responsabilizarse académica de estos educandos.
Luego, de realizar un trabajo socio educativo bajo una perspectiva humanista en conjunto con la Defensoría Educativa del Circuito Educativo Simón Bolívar en “Cada Familia una Escuela”, y la participación activa del Movimiento Bolivariano de Familias; en conjunto con voceros de secciones, se conformó las “Redes Humanas”, que tenían como ocupación; articular y vincular dentro y fuera de la institución, para bajar información y comunicar sobre los cronogramas evaluativos, y a su vez obtener información necesaria para apoyar a los educandos.
Todas estas actividades socio pedagógicas llevadas a cabo por los actores del hecho educativo, coadyuvó a evidenciar que hay representantes que son analfabetas, niños de la comunidad que no cuentan con el apoyo de sus padres para asesorarlos académicamente, situación económica precaria limitan las entregas del portafolio con las actividades pedagógicas de los educando, estudiantes que poseen dificultades de aprendizaje, y no cuentan con apoyo psicopedagógico, estudiantes que trabajan y estudiantes en condición de riesgo biopsicosocial. Es de hacer notar, que las diversas situaciones presentadas afectan a el estudiante como ser humano y, por consiguiente, su desempeño académico.
La realidad expuesta, conlleva a efectuarnos las siguientes interrogantes: ¿Cómo educar en esta sociedad compleja? ¿Cómo regular el aprendizaje y educar a distancia con tecnologías 2.0? ¿Cuál debería ser la misión del docente actual? ¿Qué función cumplen las instituciones educativas? ¿Qué tipo de educación se requiere ante esta nueva realidad?
Para dar repuesta a tales interrogantes, he considerado desde mi rol de Docente Investigadora y en la actualidad realizando estudios en el Programa Universitario Estudios Abiertos y Experiencias Acreditables de la Universidad Simón Rodríguez específicamente en la Comunidad de Aprendizaje Sunagro-Caleb del Municipio Palavecino del Edo. Lara, y con la sensibilidad y el encargo social ante el Niño, Niña y Adolescente, asumí el desafió de educar y educarse en tiempo de pandemia.
La presente experiencia educativa, para optar al Doctorado en Pedagogía Critica, comenzó con una autobiografía: dicha introspección me permitió un encuentro conmigo misma y luego la elaboración del portafolio fue para mí un reflejo de todo lo estudiado, trabajado y enseñado. Aspecto conllevo a reconocer que era apremiante, trascender de la teoría a la praxis, y por consiguiente asumí los desafíos que me presenta dicha realidad educativa y más ahora que se cuenta con pocos docentes y estamos en pandemia.
Por lo ante expuesto, hoy asumo la Subdirección Pedagógica del Liceo Bolivariano La Piedad y la Coordinación de un Centro Local de Investigación y Formación en el Municipio Palavecino, con la finalidad de construir soluciones apoyadas en lo estudiado y en lo aprendido, y así de una u otra forma contribuir en esta realidad socioeducativa tan compleja.
El desafío de educar tras lo complejo.
Uno de los principales precursores del Pensamiento de Complejo es el autor Morín (1994), en su obra Introducción al Pensamiento Complejo, define la complejidad como un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que conforman el mundo de lo fenoménico, y sus rasgos para ordenar lo inextricable, el desorden, la ambigüedad y la incertidumbre, estrategias para lograr la inteligibilidad. Si analizamos la realidad actual, se evidencia que es compleja y que la única forma de conllevarla, no es cotizándola o aislar o mutilar cada una de sus dimensiones, sino por el contrario, reconocer la incertidumbre, y los diferentes fenómenos multidimensionales, para poder comprender y reflexionar sobre el contexto.
Y en lo que se refiere, al pensamiento complejo dentro del campo educativo, ofrece al docente la oportunidad de crear ambientes de aprendizajes apegados a la realidad de los estudiantes, con estrategias de enseñanza y diseño de metodologías asertivas, donde se tome en cuenta la aparición de nuevos campos, como lo son los conocimientos inter y transdisciplinario, en área digital.
Este mundo complejizado y en pandemia, plantea desafíos al educar, ya que se reconoce que existen factores sociales, políticos económicos, culturales y de salud inmersos que impactan al “ser” en una educación lugarizada en cada familia una escuela. El distanciamiento social, entre el docente y estudiante, requiere implementar estrategias multididácticas o multimodales, que le permita al estudiante, no sólo obtener información de saberes dispersos, por el contrario, es hora de realizar proyectos inter y transdisciplinarios donde se involucre la familia, no sólo con la entrega de portafolios.
Ante lo expuesto, los voceros comunitarios de educación en comunicación estrecha con la institución, demostrado organización y altos niveles de responsabilidad en la educación de su representado, conformaron aulas de clases en los patios de sus hogares, beneficiando no sólo a su hijo o hija, sino por el contrario asumir académicamente a otros jóvenes. “¿Dónde está la sabiduría para la vida que se perdió con el conocimiento?”
Desafío ¡La incertidumbre del valor del aprendizaje a distancia con el uso de tecnologías!
El aprovechamiento de los medios digitales en función de la educación, con lleva a valorar la capacidad y velocidad de las conexiones y comunicaciones simultaneas de voz, textos e imágenes. En este momento, representan una excelente oportunidad, para el estudiante al obtener acceso a la información con el uso de Internet, WhatsApp, y otros, pero para los padres- representantes y docentes se plantea un desafío de organización información de áreas de conocimiento (materias).
Es de hacer notar, que las planificaciones pedagógicas asignadas en tiempos de pandemia son parceladas lo que constituye, saberes dispersos recogidos en las diferentes asignaciones académicas (sea de forma física o virtual con el classroom). Según, Morín (2007) “los conocimientos fragmentados no permiten alimentar un pensamiento que considere la situación humana, en la vida, en la tierra, en el mundo para que pueda afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo” (p. 17).
Ante lo expuesto, se requiere que los padres y representantes regulen la información que los estudiantes obtienen por vía virtual, asumiendo el compromiso de que “Cada Familia sea una Escuela”, más allá de una tarea.
En el proceso de aprender y tener conocimiento, se develan incertidumbres, que requieren pensar bien y más en el ámbito educativo para lograr “Una cabeza bien Puesta”. Morín (Ob. Cit.) plantea que se hace necesario:
1. Llevar a cabo, prácticas y estrategias integradoras entre las áreas de conocimiento.
2. Ejecutar un pensamiento contextualizado (educación lugarizada) para contra restar los errores.
3. Garantizar por medio de la práctica consciente que no se desvíe los fines de la educación en nuestro caso en una educación a distancia.
Para abordar la necesidad académica se conformó el Comité Comunitario Pedagógico, donde diferentes profesionales de la comunidad en conjunto con subdirección académica asumieron la planificación, divulgación y evaluación de actividades académicas asignadas.
Desafío ¡Redefinir la Misión Docente!
A partir, del 16 marzo de 2020, después del pronunciamiento de la suspensión de las actividades escolares en los diferentes niveles y modalidades, con la finalidad de resguardar la salud de niñas, niños y adolescentes ante el COVID-19, se implementa un programa educativo a distancia denominado “Cada Familia una Escuela”. Es de hacer notar, que cada miembro de familia debía respaldar la acción educativa de aquellos estudiantes que estaban confinados por protección en casa.
Aspecto, que eminentemente llevo a los docentes a replantearse su praxis pedagógica sin estudiantes. En tal sentido, Morín (Ob. Cit.), considera que la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza, lo que requiere una aptitud general del docente para analizar problemas y a su vez tener principios organizadores que permitan vincular los saberes y darles sentido dentro y fuera del contexto institucional.
Por lo que se hace necesario, dejar de ver la función del docente solo como un trabajo de un experto, hoy se requiere de un profesional que sienta que su misión es un encargo social que va a lograr con su enseñanza:
1. Preparar las mentes de sus estudiantes para que respondan ante los desafíos y la complejidad de los problemas.
2. Educar para la incertidumbre, favoreciendo la inteligencia estratégica, con asesorías pedagógicas individualizadas.
3. Formar para la comprensión humana entre los seres cercanos y los que están lejos.
4. Enseñar para la vida, asumiendo las necesidades humanas de nuestros estudiantes y su familia (desarrollo personal, económicas, social y otros).
5. Reconocer el trabajo inter y tras-disciplinario como alternativa para resolver situaciones socio educativas de los educandos.
Aspecto, que demuestra que el docente actual esta llamado redefinir su papel y destino dentro del ámbito educativo.
Desafío ¡Redimensionar la función de las instituciones educativas!
La pandemia, también trajo consigo el cambio perentorio de las funciones de las instituciones educativas. Al trabajar poco personal y con tiempo limitando y con la metodología de asesorías pedagógicas; al principio para los padres y representantes, y luego para estudiantes en actividades semi presencial. Conlleva a evaluar la nueva dinámica, para redimensionar la función de las instituciones educativas. Según, Morín (Ob. Cit.), “no se puede reformar la institución sin haber reformado previamente las mentes, pero no se puede reformar las mentes si no se reformaron previamente las instituciones” (p. 103).
De igual forma, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura desde el 2015, publica documento sobre la necesidad de replantear la educación, tomando en cuenta la complejidad del mundo actual, en la que se considera las emergencias que está atravesando la educación; y como adecuarla para dar respuesta a los constantes cambios socioculturales, epistemológicos, ambientales e históricos.
Y del mismo modo, los autores Gómez, Hernández y Ramos (2016, p.473) disciernen que la complejidad en Morín no trata de los asuntos propios de las así llamadas ciencias de la complejidad, sino, de un nuevo horizonte epistemológico para organizar el pensamiento. Comenzando esta, con la organización del pensamiento que permitirá el acceso a la creación de conocimientos que posibiliten asumir la emergencia, con una nueva manera de ser, pensar, actuar y convivir, con la finalidad de transformar a la sociedad.
Aspecto que deben considerar los equipos directivos de las instituciones educativas, asumiendo:
1. Las instituciones educativas constantemente deben adecuar su organización administrativa y estructura curricular y didáctica en función de una educación que los prepare para el trabajo y para la vida.
2. La pandemia conlleva a reevaluar los lugares de aprendizaje de nuestros estudiantes, comenzando “Cuando cada familia se convirtió en escuela” y donde algunos patios o solares y canchas se convirtieron en aulas de clase comunitarios, y no podemos obviar las clases virtuales (Classroom) en aquellos colegios que poseen los medios tecnológicos.
3. Esta realidad social, propicia a valorar al liceo como centro de socialización, donde se promueva valores de convivencia social entre los actores del hecho educativo.
4. Conformar Redes Humanas, como alternativa de participación, vinculación y articulación de la triada familia, escuela y comunidad, dentro y fuera de la institución.
5. Las instituciones educativas, cómo comunidades de aprendizaje que educan para la vida.
Por lo tanto, se observa que las instituciones educativas se están convirtiendo en comunidades de aprendizaje donde se promueven en los estudiantes y sus familias, actos reflexivos y conscientes como alternativa para afrontar esta realidad social.
Desafío ¡Educar para la vida con Amor!
Debido a que vivimos en un mundo incierto y en una sociedad compleja, es incongruente educar en sólo áreas de conocimiento o disciplinas y ser meramente observadores de esta ciencia social sin transformarla, por consiguiente, se requiere educar para la vida de una forma diferente.
En concordancia, los autores Aspin, Chapman, y Sawano (2001) citan:
Estamos viviendo en una nueva era en que las demandas son tan complejas, tan multivariadas y tan cambiantes que la única manera que seremos capaces de sobrevivir es mediante el compromiso con un proceso de aprendizaje individual, colectivo y global a lo largo de nuestra vida y para todas nosotros (p. 19).
No obstante, en relación con ese compromiso o condición, personal y/o social, Maturana & Pörksen (2010) con la biología del conocimiento denominan autopoiesis:
Un ser vivo es un sistema molecular constituido como una red de interacciones moleculares que producen las moléculas que lo constituyen como tal red. En otras palabras, un ser vivo como sistema molecular está organizado como un sistema que está continuamente produciéndose a sí mismo (p.114).
Por lo tanto, educar en tiempo de pandemia, ya es un desafío que se le plantea a todos los actores educativos (docentes, estudiantes, representantes y comunidad en general) que conlleva a auto-producirse y auto-configurarse de acuerdo al contexto.
Por consiguiente, las aportaciones de Maturana, con el decálogo epistémico es una contribución científica, oportuna para abordar la situación actual y aplicarla para lograr:
1. La comprensión de la vida como un proceso de conocimiento de la biopraxis humana en congruencia con el entorno problemático que viven.
2. La comprensión de la experiencia y la condición humana desde una ontología configurativa.
3. El observador como un participante activo y configurativo que guía la relación entre el observador y lo observado.
4. Las experiencias del observador determinan la trascendencia de la realidad observada.
5. No separar la mente del cuerpo, para darle solución a los problemas sociales.
6. La comprensión como consecuencia de un proceso, de configuración donde emerja una dinámica relacional entre los seres humanos con el entorno e incluso con uno mismo.
7. Mirar la realidad como una acción efectiva, que pretende comprenderla no como un sistema nervioso o una red neuronal cerrada y autopoiética.
8. Considerar la teoría del lenguaje y de la emocionalidad, como una nueva propuesta para comprender la realidad.
9. Valorar la cognición como un proceso biológico con conocimiento objetivo.
10. Considerar la biología del amor, y el amar como acción fundamental en la relación social y en la biopraxis humana.
El decálogo expuesto por Maturana (1990), presenta una alternativa de investigación educativa, para abordar el desafío de educar para la vida y con amor en estos tiempos de pandemia. En la que hay que redefinir la manera de enseñar y de aprender. Considerando dos vías para acceder al conocimiento: la razón y el amor. El autor plantea que el intelecto por sí sólo no es la única vía para conocer, por cuanto está cargado de creencias, nociones, vivencias, experiencias praxiológicas y complejos sistemas cognoscitivos. Por el contrario, se hace necesario involucrar las emociones como el fundamento de la experiencia y de la condición humana.
A su vez, Maturana y Nisis (2002) afirman que “el aprender ocurre como una modificación del vivir a lo largo del vivir en la conservación del vivir en circunstancias cambiantes”. Es decir, el aprendizaje se genera de manera espontánea todo el tiempo y en toda circunstancia a lo largo de la biopraxis humana. Aspecto que se hace evidente en estas circunstancias históricas, por lo cual Maturana (Ob. Cit.) presenta el amor como “la aceptación del otro junto a uno en la convivencia” (p. 209).
Al considerar, el amor como fundamento biopsicosocial de sucesos y acontecimientos magistrales que requieren la aceptación del uno junto a otros, y bajo la mirada autopoiética, el aprender implica transformarse en coherencia con el emocionar y dentro de ciencias humanas y sociales, específicamente en la educación consiste en luchar contra la indiferencia e indolencia dentro del y fuera del área de aprendizaje. Según, Maturana (1999) es a partir de la convivencia que las dimensiones del ser y del hacer se van moldeando mutuamente, y junto con el emocionar van influyendo en los comportamientos y las conductas de los seres, aspecto que está limitado en tiempo de confinamiento.
Al mismo tiempo, el biólogo afirma que cualquier ente que obstaculice, o limite la aceptación del uno junto a otro u otros, también destruirá la oportunidad de desarrollar el amor, y restringirá la única alternativa para luchar contra la apatía e indolencia, que se ha apoderado del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por lo que, se reafirma que el objeto de la educación no es darle cantidad de conocimiento, sino por el contrario, constituir un estado interior y profundo, con una especie de polaridad del alma que lo oriente en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida. Maturana (Ob. Cit.), cita que:
Es viviendo-conviviendo en la biología del amor el individuo desarrolla el respeto a sí mismo y a los demás, además de una mayor conciencia social. Es a través del amor, de la aceptación del otro, que se amplía el desarrollo de las inteligencias y la expansión del pensamiento. Para que el espacio educacional sea un espacio de ampliación de las inteligencias, del pensamiento y de la creatividad se recomienda que se haga una evaluación de su hacer, ya que este implica el ser. Esto, de cierta forma, nos indica que el espacio educacional debe ser acogedor, amoroso y no competitivo, un ambiente donde se evalúa y se corrige el hacer, en continuo diálogo con el ser. Al corregir el hacer, estaremos, indirectamente, modificando también el ser, a partir de la dinámica estructural existente entre esas dos dimensiones, ya que el aprendiz es un ser vivo y constituye una unidad dinámica relacional entre el ser y el hacer. De esta forma, se concibe la tarea escolar, bajo el punto de vista autopoiético (p. 5).
Para culminar, el desafío para educar para la vida con amor solo se logrará cuando hagamos de nuestro vivir un acto cotidiano de acción y reflexión de uno, con los otros y el entorno.
“Vivir es conocer, aprender y emprender”
Referencias
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